Origen de las Supersticiones
Derramar la Sal.
Esta Superstición si que es archi-conocida, por ello la importancia de conocer su origen, te vas a sorprender.
Mala suerte, si esto le ocurre al manipular el salero, a menos que se apresure a tomar un pellizco y arrojarlo por encima del hombro izquierdo "directamente a la cara del diablo". Porque este es el sitio desde el que Pedro Botero, es decir, el diablo, espera paciente a que nuestra naturaleza pecadora renuncie al alma para siempre. La sal arrojada no tiene otro fin que cegarle temporalmente, para que el espíritu tenga tiempo para volver a quedar afianzado por la buena
suerte.
Derramar la Sal.
Esta Superstición si que es archi-conocida, por ello la importancia de conocer su origen, te vas a sorprender.
Mala suerte, si esto le ocurre al manipular el salero, a menos que se apresure a tomar un pellizco y arrojarlo por encima del hombro izquierdo "directamente a la cara del diablo". Porque este es el sitio desde el que Pedro Botero, es decir, el diablo, espera paciente a que nuestra naturaleza pecadora renuncie al alma para siempre. La sal arrojada no tiene otro fin que cegarle temporalmente, para que el espíritu tenga tiempo para volver a quedar afianzado por la buena
suerte.
Desde la Grecia antigua, la sal ha tenido un gran poder simbólico: procede de la madre Tierra, del mar,las lágrimas y la saliva son saladas y conserva, condimenta y embellece los alimentos.
Además se cuenta como su origen el hecho que durante el tiempo de los Romanos, la sal era un bien que escaseaba mucho, por ello muy apreciada, y por ende utilizada para el comercio, a través del trueque, así, el hecho que se derramara sal accidentalmente, era un acto muy desafortunado, de allí que se quedo con esa impresión a través de los tiempos.
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