Se trata de la actriz Audrey Hepburn, una mujer que poseía un rostro tan bello, pero a la vez tan elegante, tan mágico, que era imposible no soñar con ella después de verla aunque sea por un segundo.
Lo característico de dicha belleza, está en sus rasgos finos, en esa mirada que tiene algo de niña, de inocente, de juguetona pero a la vez de un candor casi mágico, que te atrapaba con solo un mirar. Y qué decir de su sonrisa, totalmente amable, genuina, sincera.
Audrey Hepburn nació para hacernos ver, que en este mundo, en este planeta alejado de todo, y uno más, entre millones de estrellas, existe una belleza sin igual, una hermosura sin parangón, que está en cada mirada de mujer, en cada sonrisa de mujer, en cada cuerpo de mujer.
Por ello, no hay que buscar la belleza en la naturaleza, ni en las montañas heladas, o en los lagos cristalinos, la verdadera belleza esta simplemente en el rostro de una bella mujer.
Mira el siguiente video, para que te des cuenta que mis palabras han quedado cortas para describir con la mayor certeza a una mujer que nació y será recordada por siempre bella.
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