La disposición con la que estamos familiarizados ha evolucionado a lo largo de muchas iteraciones. Cuando el editor de periódicos Christopher Latham Sholes patentó por primera vez el diseño de una máquina de escribir en 1867, dispuso las teclas en orden alfabético.
A lo largo de los años siguientes, experimentó con diferentes disposiciones, como el desplazamiento de la mayoría de las vocales a la fila superior y de las consonantes a la inferior.
La idea de que la disposición de Sholes estaba pensada para ralentizar a los mecanógrafos y evitar así que se atascaran las teclas, se considera ahora un mito urbano. De hecho, hay pruebas de que Sholes intentaba acelerar la mecanografía, siguiendo las indicaciones de los operadores de telégrafos. Sea como fuere, cuando los derechos de fabricación del dispositivo se vendieron a E. Remington and Sons en 1873, su fila superior era 'QWE. TYIUOP', y sólo se necesitaron un par de retoques para llegar a la disposición QWERTY que ahora está muy extendida.
Si se observa un teclado, todavía se pueden ver los restos de la primera disposición alfabética de Sholes en las teclas de la fila central: 'DFGHJKL'.
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